Fernando Ortiz (Sevilla, 1947-2014)
Poeta de reconocido prestigio, crítico de indudable calidad, ensayista imprescindible para conocer la lírica española contemporánea y excelente articulista, además de ganador del Premio Andalucía de periodismo en 1978, del Premio José María Pemán de artículos periodísticos en 1989 y del Premio Nacional de Poesía Vicente Núñez en 1991, Fernando Ortiz (Sevilla, 1947 – 2014) era ante todo un aficionado lector de poesía, no sólo española, y un gran conocedor del entorno literario en el que se movía. Era además un hombre alegre, brillante, sincero y disponible, que siempre tenía consejos para los jóvenes poetas y críticos, entremezclados con bromas literarias y charlas sobre la literatura y la vida. Desde la dimensión intimista, firmó versos que cantan el tiempo que lo arrasa todo excepto los recuerdos, y la derrota del hombre que no tiene otra opción sino la de sucumbir frente a su carrera; sin quejas excesivas, prefiriendo alternativamente un tono discreto y resignado o irónico y jocoso, sus palabras familiares, pero elegantes, musicales y medidas con cuidado, hacen que su poesía se asiente en la línea elegíaca finisecular, heredera de Luis Cernuda y de la Generación del 50.
Fernando Ortiz Sánchez nació en Sevilla el 8 de marzo de 1947. Cursó sus primeros estudios en el colegio de los Hermanos Maristas de la misma ciudad y, tras ser internado en el colegio del Frente de Juventudes en Toledo entre 1962 y 1964, volvió a Sevilla donde terminó el Bachillerato en El Santo Ángel. Desde que aprendió a leer, Fernando descubrió los clásicos de la literatura universal guardados en la biblioteca paterna. En 1967 se fue a Madrid para estudiar Ciencia Políticas y al final del primer curso empezó a trabajar en Televisión Española como corrector de estilo de los guiones traducidos, abandonando sus estudios; en 1971 obtuvo el diploma de la Escuela Nacional de Documentalista y lo nombraron Bibliotecario de Televisión Española. Desde el año siguiente, formó parte de la redacción de la revista madrileña La Estafeta Literaria, firmando tanto poemas como reseñas, y colaboró con Poesía Española, entonces dirigida por José García Nieto, y con Ínsula, cuyo director en aquel momento era el amigo José Luis Cano.
En 1974, Ortiz conoció a Francisco Brines y lo eligió como maestro fundamental para su aprendizaje poético. El mismo año, Televisión Española lo destinó a Sevilla, donde siguió hasta 1993, cuando la dejó por problemas de salud. Mientras tanto, entre 1974 y 1976, fue miembro de la asociación cultural Club Gorka y colaboró con la primera revista andaluza de información general con planteamientos democráticos: La ilustración regional. Junto con Abelardo Linares, en 1978 fundó la conocida revista literaria Calle del Aire y la relativa colección de libros donde publicaron, entre otros, Rafael Alberti, Aquilino Duque, Vicente Núñez, María Victoria Atencia, Antonio Carvajal, Pablo García Baena, Felipe Benítez Reyes y el mismo Fernando Ortiz. En esta temporada empezó su amistad con muchos poetas; entre ellos, algunos de los miembros del grupo cordobés de Cántico y del malagueño de Caracola. El mismo año, vio la luz el primer poemario de nuestro escritor, Primera despedida (1978).
Entre 1979 y 1981, Ortiz trabajó en la edición de la Gran Enciclopedia de Andalucía (1978-1981), coordenada por Manuel Ángel Vázquez Medel, encargándose de la mayoría de las entradas sobre los poetas de los siglos XIX y XX. En los años siguientes escribió artículos de crítica literaria para la sección “Libros” de la edición nacional del periódico El País y colaboró con la revista literaria jerezana Fin de siglo. En esta temporada, salió el segundo libro de poesía de Ortiz, Personæ (1981), dedicado al amigo y maestro Pablo García Baena, seguido por Vieja amiga (1984).
En 1985 fue nombrado jurado del Premio de la Crítica y directivo de la Asociación Española de Críticos Literarios, dimitiendo de ambas en 1990; mientras tanto, se publicaron los poemarios Marzo (1986) y La ciudad y sus sombras (1986). Los años noventa nos regalaron el mayor número de libros en verso de Ortiz: se editaron Recado de escribir (1990), Un funcionario (1991) y El verano (1992); a continuación, vio la luz la poesía completa hasta 1993, recogida en Vieja amiga (1975-1993) (1994), seguida por los poemarios Moneditas (1996) y Posdata (1999). El siglo XXI se abrió con cuatro antologías: Poetas en Sevilla. Antología poética de Fernando Ortiz, (2002), Versos y años. Poesía 1975-2003 (2003), Galería de Espejos (2007) y la edición ampliada de Vieja amiga. Poesía (1975-2008) (2008).
En 2010, Ortiz descubrió que tenía un adenocarcinoma pulmonar, y la posibilidad concreta de que se acercara el punto final ganó espacio en su obra, aunque él lo comentara con la ironía y el fino sarcasmo que nunca le faltaron. Con optimismo y sin perder el ánimo, nuestro autor encontró en la escritura una aliada en su lucha contra lo que el llamaba “el bicho”: el año siguiente se editaron Poesía de una vida. Antología poética 1978-2011 (2011) y el poemario Miradas al Último Espejo (Poesía 2007-2010) (2011), seguido por Después del Siglo XX (2012) y Plática (2012). Sus últimas composiciones se hallan recogidas en la antología publicada en Argentina, Pasos que se alejan. Antología poética 1978-2013, surgida de una intensa colaboración entre el autor y yo. Finalmente, el amigable intercambio de correos electrónicos en verso entre Ortiz y el joven amigo José Manuel Velázquez se publicó en mi edición del Epistolario en verso (2012-2013) entre José Manuel Velázquez y Fernando Ortiz (2014), en la Colección El Duende de la revista italiana Quaderni Ibero Americani.
Con ocasión del Día del Libro 2011, la Red Internacional de Universidades Lectoras y el Taller de Poesía del Máster de Escritura Creativa de la Universidad de Sevilla le rindieron homenaje a nuestro poeta, tanto por su obra creativa como por sus aportaciones críticas en libros como: Introducción a la poesía andaluza contemporánea (1981), La estirpe de Bécquer (1982), El elefante en la cristalería (1984), La caja china (1993), Verso y glosa (1996), Contraluz de la lírica (1998) y Lírica andaluza contemporánea (2007).
Como sugiere el título, ya desde su primer poemario Primera despedida (1978), Ortiz se despide de la infancia perdida, una época mítica de inocencia y despreocupación. Si Personæ (1981) descubre en su denominación la voluntad de homenajear a los amigos y a los grandes modelos de la tradición literaria, Vieja amiga (1984) remite tanto a la vida como a la poesía, mientas que el adjetivo antepuesto sugiere la mirada del hombre adulto, conciente de que los años han transcurrido. El recuerdo protagoniza así Marzo (1986), donde el despertar primaveral es metáfora de la niñez, en una evocación nostálgica de los primeros años felices pasados en Sevilla que sigue en La ciudad y sus sombras (1986). A su vez, Recado de escribir (1990) reafirma la tarea primordial del verso: cantar las reminiscencias del pasado, papel que desempeña magistralmente en Un funcionario (1991): un imaginario hijo de Antonio de Aldana narra la heroica historia del antepasado Francisco de Aldana, el poeta y capitán que se sacrificó en nombre de sus propios principios.
El verano (1992) recupera la simbología de las estaciones: el título remite a la juventud y al amor, único consuelo a la melancolía y a la soledad que prevalecen en la primera etapa de la trayectoria creativa de Ortiz. Moneditas (1996) inaugura entonces el nuevo ciclo de un sujeto lírico maduro que ya ha aceptado su destino: objetos aparentemente insignificantes guardan escondidos los momentos felices y los traen a la luz al sacarlos de su caja china. La vejez se describe ahora desde el humor, como en la denominación de Posdata (1999) que denota un momento o una actividad terminada, anunciando la temporal ausencia de libros que le sigue, pese a que aparecen inéditos en las antologías publicadas en este periodo.
La posterior lucha contra la enfermedad desde la ironía marca la vuelta a la escritura de los últimos años de vida de Ortiz: los poemarios Miradas al Último Espejo (Poesía 2007-2010) (2011) y Después del Siglo XX (2012) se mofan constantemente del final que incumbe, cristal deformante desde el que se observa el mundo. A continuación, Plática (2012) debe su nombre al discurso a cátedra de Fray Luis de León, quien rechazó los chanchullos y prefirió asumir las consecuencias de su sinceridad intelectual. Finalmente, el Epistolario en verso (2012-2013) entre José Manuel Velázquez y Fernando Ortiz (2014), recoge el intercambio epistolar digital surgido en noviembre de 2012 a raíz de un correo electrónico enviado por un joven poeta sevillano, todavía desconocido y con un nombre prometedor, asiduo lector del blog personal de Ortiz activo desde 2009, en el que publicaba sus versos, sus textos de crítica y los estudios sobre sus obras. El mensaje en forma de soneto de Velázquez dio vida a un juego poético que duró hasta noviembre de 2013, dos meses antes del fallecimiento del maestro; las misivas dan cuenta de las posturas distintas: desde el primer momento, los dos se dieron cuenta de que observaban el mundo desde perspectivas diferentes, pero eligieron solucionar las divergencias desde la risa y la burla, rigurosamente en verso. El libro incluye además un poema de Velázquez fechado a 30 de enero de 2014 y escrito al recibir la noticia de la muerte de Ortiz.
Aficionado lector que reconoce en Francisco Brines a su mayor maestro del que hereda el principal protagonista de sus creaciones, el tempus fugit, Ortiz alterna en sus poemas el tono discreto y resignado a la ironía y al escarnio, prefiriendo un léxico familiar, aunque elegante y musical. La composiciones sugerentes, confesionales y meditativas, a veces amargas y a menudo divertidas, dan cuenta de las preocupaciones existenciales y de las emociones del autor, sometidas a una percepción personal del tiempo que provoca nostalgia y que, sin embargo, encuentra alivio en el cariño de los seres queridos, en la tranquilidad, en la luz de Andalucía, en los pequeños detalles cotidianos y en el poder lenitivo de la poesía, concebida como deseo de autenticidad y medio de comprensión de la realidad, como leemos en “El sueño de los hombres” de la colección Después del Siglo XX: “La Redención. ¿La Redención?... No creo. / Pero sería buena para el hombre. / Daría fe, al fin, de que estuvimos / aquí con nuestro amor y nuestro miedo, / nuestra miseria y algo de divino. / Y a la Poesía debo agradecerle / que vislumbrar me hiciera lo sagrado. / Mi vida, qué lejanos olivares”.
Al mismo tiempo, el acto creativo es fidelidad al ritmo, ejercicio de búsqueda de la palabra exacta y, sobre todo, transcripción de una original visión del mundo, reinterpretado desde la percepción íntima del autor, como revela la composición “La cometa”, de Último espejo: “Echó el niño su cometa / para que subiera al sol. / Al poquito se fue al suelo / y con ella, su ilusión. // El que espera, desespera, / dice la voz popular. / Y por eso, como el niño, / lancé mi verso a volar. // ¿Y si un día el niño viera / su cometa alzarse más / y más y más, allá arriba, / como una estrella fugaz?”.
La poética de Ortiz se construye así alrededor de unos conceptos esenciales: la visión sobre el tiempo que cambia a lo largo del viaje de la vida según la edad y la situación, la memoria que transforma los momentos de la existencia aportando matices nuevos en cada circunstancia, el amor y la amistad en los que estriba el consuelo al caos del mundo, la fe en el milagro de la palabra y los grandes maestros de la tradición literaria. Entre los que alimentan la escritura de Ortiz, recordamos: desde España, Fray Luis de León, Francisco de Aldana, Garcilaso, Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, los poetas del barroco sevillano cercanos a los metafísicos ingleses –Juan de Arguijo, Andrés Fernández de Andrada, Francisco de Medrano–, Blanco White, Gustavo Adolfo Bécquer, Antonio y Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez, Luis Cernuda, Rafael Alberti, Pablo García Baena y el grupo Cántico, Blas de Otero, José Hierro, Juan Gil-Albert, Francisco Brines, Jaime Gil de Biedma; de otros países, Thomas Stearns Eliot, Jorge Luis Borges, Konstantinos Petrou Kavafis, Ezra Pound. Entre ellos, sin duda las presencias dominantes y más persistentes son Cernuda, Gil de Biedma, Brines y Eliot. Por supuesto, todo esto va acompañado por la actitud vitalista de un poeta que filtra lo trascendente y metafísico desde el existencialismo.
Libros de Fernando Ortiz
Poesía
Ortiz, Fernando (1978). Primera despedida, Sevilla, Editorial Católica, Col. Aldebarán.
______ (1981). Personæ, Sevilla, Calle del Aire.
______ (1984). Vieja amiga, Madrid, Trieste.
______ (1986). Marzo, Madrid, Trieste.
______ (1986). La ciudad y sus sombras, Sevilla, Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla.
______ (1990). Recado de escribir, Sevilla, Renacimiento.
______ (1991). Un funcionario, Málaga, Suplementos de Galeote.
______ (1992). El verano, Córdoba, Diputación Provincial de Córdoba.
______ (1994). Vieja amiga (1975-1993), Granada, Ed. Comares, Col. La Veleta.
______ (1996). Moneditas, Valencia, Pre-Textos.
______ (1999). Posdata, Valencia, Pre-Textos.
______ (2002). Poetas en Sevilla. Antología poética de Fernando Ortiz, Sevilla, Ayuntamiento.
______ (2003). Versos y años. Poesía 1975-2003, ed. del autor, introd. de Emilio Barón, Sevilla, Fundación José Manuel Lara, Col. Vandalia - Serie Mayor, n. 7.
______ (2007). Galería de Espejos, ed. y notas de Antonio M. Sánchez, Madrid, Hiperión.
______ (2008). Vieja amiga. Poesía (1975-2008), ed. del autor, Córdoba, Ed. Almuzara.
______ (2011). Poesía de una vida. Antología poética 1978-2011, ed. del autor, Sevilla, Diputación de Sevilla.
______ (2011). Miradas al Último Espejo. (Poesía 2007-2010), prólogo de Francisco Brines, Sevilla, Diputación de Sevilla.
______ (2012). Después del Siglo XX, Sevilla, Isla de Siltolá.
______ (2012). Plática, prólogo de José Julio Cabanillas, Sevilla, Fundación Altair.
______ (2013). Pasos que se alejan, ed. de Marina Bianchi, Buenos Aires, Viajera Editorial.
______ (2014). Epistolario en verso (2012-2013) entre José Manuel Velázquez y Fernando Ortiz, ed. de Marina Bianchi, Roma, Nuova Cultura, col. El Duende, n. 6.
Ensayos
Ortiz, Fernando (1981). Introducción a la poesía andaluza contemporánea, Sevilla, Calle del Aire.
______ (1982). La estirpe de Bécquer, Jerez de la Frontera, Libros Fin de Siglo. [2.ª ed. corregida y aumentada: (1985). Sevilla, Editoriales Andaluzas Unidas, col. Biblioteca de la Cultura Andaluza, n. 20].
______ (1984). El elefante en la cristalería, Sevilla, Alfar.
______ (1988). El hombre del Renacimiento, Sevilla, Monte de Piedad y Caja de Ahorros.
______ (1992). Sevilla y los sevillanos, Sevilla, Alfar.
______ (1993). La caja china, Valencia, Pre-Textos.
______ (1994). Manual del veraneante perpetuo, Sevilla, La Carbonería.
______ (1996). Verso y glosa, Valencia, Pre-Textos.
______ (1997). Sevilla (Pequeña historia de una gran ciudad), Sevilla, Fundación El Monte.
______ (1998). Contraluz de la lírica, ed. e introd. de José Mateos, Valencia, Pre-Textos.
Ortiz, Fernando y Colón, Carlos (1999). La imprenta de San Eloy, pinturas y dibujos de Joaquín Sáenz, Valencia, Pre-Textos.
Ortiz, Fernando (2001). Apuntes autobiográficos y otros papeles, Valencia, Pre-Textos.
______ (2005). La ruta bética romana, ilustraciones de Diego Gadir. Sevilla, Grupo Pandora.
______ (2007). Lírica andaluza contemporánea, Córdoba, Ed. Almuzara.
Ediciones a cargo de Fernando Ortiz
Linares, Abelardo y Ortiz, Fernando (eds.) (1978). Homenaje a Juan Gil-Albert, Sevilla, Calle del Aire.
Cernuda, Luis (1981). Epistolario inédito de Luis Cernuda, recopilación y prólogo de Fernando Ortiz, Sevilla, Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento, Col. Compás.
García Ulecia, Alberto (1985). Antología (1964-1981), selección, prólogo y notas de Fernando Ortiz, Sevilla, Ediciones Andaluzas Unidas, Col. Guadaíra.
Romero Murube, Joaquín (1995). Sevilla. Antología de prosas, selección y prólogo de Fernando Ortiz, Sevilla, Fundación Cultural El Monte.
García Baena, Pablo (2000). Recogimiento. Poesía 1940-2000, introd. de Fernando Ortiz, Málaga, Ayuntamiento de Málaga, Col. Ciudad del Paraíso.
Cernuda, Luis (2002). Música cautiva (Antología poética), selección y prólogo de Fernando Ortiz, Sevilla, Comisión del Centenario del nacimiento de Luis Cernuda.
García Ulecia, Alberto (2005). Poesía 1964-2003, ed. de Fernando Ortiz, Sevilla, Fundación José Manuel Lara, Col. Vandalia mayor.
______ (2005). Temas e intérpretes flamencos, ed., recopilación y prólogo de Fernando Ortiz, Sevilla, Fundación José Manuel Lara.
Blog personal:
Ortiz, Fernando. Fernando Ortiz: apuntes y reflexiones. Literatura: Poesías, ensayos y artículos de los que soy autor, <http://fernandortizreflexiones.blogspot.it/>.
Bibliografía critica sobre Fernando Ortiz
Libros:
Barón, Emilio (ed.) (2007). La poesía de Fernando Ortiz, Sevilla, Alfar.
Sánchez, Antonio Miguel (1999). El tiempo en la poesía de Fernando Ortiz, tesis doctoral, University of Ottawa.
______ (2005). Cuestión de tiempo. La poesía de Fernando Ortiz, Sevilla, Alfar.
Números monográficos de revistas y publicaciones colectivas dedicados a Fernando Ortiz:
AA. VV. (20 mayo 1994). La Mirada, suplemento cultural de El Correo de Andalucía, Sevilla, n. 18.
______ (2010). Poesía de una vida [ponencias del homenaje a Fernando Ortiz del Centro Andaluz de las Letras, 16 de febrero de 2010, Sevilla, Biblioteca Pública Infanta Elena], en el blog personal Fernando Ortiz: apuntes y reflexiones. Literatura, poesías, ensayos y artículos de los que soy autor, 2010, <http://fernandortizreflexiones.blogspot.com/2010/02/poesia-de-una-vida_20.html>.
______ (mayo 2011). Fernando Ortiz, poesía de una vida, separata de El Maquinista de la Generación, Málaga, nn. 20-21.
Artículos (selección):
Barón, Emilio (1982). “Fernando Ortiz, poeta andaluz”, Nueva Estafeta, n. 47, 1982. [Luego recogido en: Barón, Emilio, (1991), Después de Cernuda y otros ensayos, Almería, Zéjel, pp. 57-70].
______ (1996). “Fernando Ortiz: el poeta y su oficio”, en Id., Después de Cernuda y otros ensayos, Almería, Zéjel, pp. 71-76.
Bianchi, Marina (2011). “Miradas al último espejo: la despedida de Fernando Ortiz”, Olivar, Revista de Literatura y Cultura Española, n. 16, año 12, pp. 179-198.
______ (diciembre 2012). “Del yo y sus espejos: la herencia de T. S. Eliot en la Autobiografía poética de Fernando Ortiz”, Ínsula. Revista de letras y ciencias humanas, n. 792, pp. 6-12.
Duque, Aquilino (1984). “La obra escrita de un agitador literario”, en Id., Metapoesía, Sevilla, Ayuntamiento, pp. 107-110.
García Martín, José Luis (1992). “Tradición y originalidad”, en Id., La poesía figurativa, Sevilla, Renacimiento pp. 76-87.
Tortajada, Vicente (1991). “Todo se puede hablar”, Turia, n. 16, pp. 223-235.
Bergamo (Italia), julio de 2019
Información adicional
- Universidad: Studi di Bergamo
- Investigador: Marina Bianchi
- Publicación: Jueves, 14 Noviembre 2019
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